Favio Enrique Zúñiga Soto
+5
Excelente lugar escondido en Barrio Italia.
Llegamos a eso de las 22:00 y era de los pocos lugares abiertos, que vimos por la gente sentada afuera. Nos llamó la atención el cartel con su pastelería mapuche así que le dimos una oportunidad, ¡y valió totalmente la pena!
Pedimos un café helado y una infusión para beber y además torta de maqui y pewen, y todo estaba sabroso. El café helado era suave y mezclaba muy bien el sabor de un buen café con la crema y helado, mientras que la infusión tenía un sabor muy marcado y sabroso (no recuerdo la variedad que pedí). Las tortas eran muy distintas y eso nos gustó mucho: la de maqui tenía ese sabor un poco amargo característico del fruto en una consistencia suave como de cheescake, mientras que la de pewén (piñón) era un poco más dulce y con la masa más ligera. Quedé al debe con la de avellana pero espero volver por ella.
La atención fue excelente, explicándonos el dueño lo que traía cada plato para elegir la mejor opción, con amabilidad y humildad siendo que ya era muy tarde. Se nota el cariño que le ponen para que el lugar sea agradable, sin tantas pretensiones, dándote todas las ganas de volver y probar el resto del menú.
Nos encantó. ¡Totalmente recomendado!
Me extraña ser el primero en comentar este lugar en zomato, también me halaga.
Vine con mis amigos por la ruta de café a la charla de cafés de origen.
A pesar de estar algo oculto resalta por su decoración clásica y hogareña.
En esta ocasión sólo probamos los cafés que ofrece (por tiempo) pero sin duda volveré.
Hay pasteles, cafés y tés. Todo se ve muy rico.
Si tienen la ocasión de ir a una charla de la ruta del café, se los recomiendo. Los atenderán súper bien!
Quedo debiendo las fotos.
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