Hoy hemos ido a cenar a este lugar, después de ir a Los Vikingos, vimos que debíamos visitar el lugar.
Nos atendió una persona que esta en la puerta, que nos llevo a la anfitriona quien nos llevo al comedor de la planta baja a mano izquierda, el comedor se llamaba "alto mando", decorado desde el suelo al techo, lámparas, mesa, paredes en temática marina. Nos pusieron en un rinconcito bien iluminado, pero en plena corriente así que de vez en cuando nos helábamos. Me llamo la atención el doble fondo de las mesas decorados con estrellas, conchas y todo asociado al mar. La silla estaba media hundida, por lo cual parecía una cría sentada a la mesa jajajjaja.
Nos llamo la atención que los camareros eran muy mayores, lo que habla bien del dueño y no su discriminación por edad.
Tardaron bastante en traernos las cartas, lo primero q hicieron fue quitarnos unos platos plateados decorados con conchas (muy bonitos), luego llego la carta! Bastante extensa, donde predominan los productos del mar, centolla, locos, ostra, gulas, calamares, pescados (mero, congrio, corvina, etc). Difícil decidir ante tantos platos. Al final opte por un congrio grille con verduras salteadas (calabin, zanahoria, pimentón verde y rojo, champiñones y dientes de dragón), mi marido opto por un Chupe de centolla. Para picar nos pusieron panes, mantequilla y un pebre sabrosa y un pelin picante. El tiempo de espera de la comida es óptimo, bonita presentación. Hay que decir que el chupe yo lo encontré rico, sabroso y fresco. El congrio estaba fresquisimo, rico y las verduras salteadas muy sabrosas, nada pasado de aceite cosa que se agradece. Que extrañé? Más atención por parte de los camareros, no nos ofrecieron aperitivos, mucho menos postres, la atención en ese aspecto falla, pocas ganas de vender por parte de los camareros,cosa que se extraña. Tomamos coca colas, la verdad es que la cuenta nada cara, casi 24 lucas los dos, para lo rico, fresco y porciones buenas, nada que objetar.
Imposible no hacer un recorrido post comida, casa comedor esta decorado con mimo, desde el suelo hasta el techo. El pasillo del comedor de la segunda planta, bonito con ganas, parece un submarino, las puertas del estilo de este tipo de embarcación le dan más singularidad aún, que los camareros vistan de marinos es genial!
Cosas negativas, el cantante que anda circulando por los comedores, otra vez nada que ver! (Como en Los vikingos). Que el dueño llegase con un maestro, para ver detalles a arreglar y llamar la atención a los camareros en pleno comedor, resta. Resta también que no te pregunten en que comedor quieres cenar, sería agradable que te dieran a elegir, quizás uno quiera comer en un comedor en eapecifico.
Repetiremos, puede, es una buena y singular opción para cenar en un lugar temático.
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