Muy buena vista, buen ambiente, un muy buen lugar para tomar un trago con amigos, una velada romántica o disfrutar de un relajado brunch de Domingo
Está en el noveno piso del Hotel Noi, con una de las mejores vistas de Santiago y la Cordillera de Los Andes. Especial para disfrutar un buen trago al atardecer o disfrutar las luces de noche en la ciudad o relajarte un domingo y recargar pilas para la semana.
Debo confesar que sólo había ido por un par de tragos(bastante buenos por lo que recuerdo), pero nunca a comer, por lo que decidí ir a probar su brunch del que tanto había escuchado, el cual no es barato ($22.500 + propina) pero si abundante y variado, lo que compensa (aunque la comida podría mejorar).
Viviendo en US creo que le agarré un poco el encantó al "brunch" del domingo, ese día flojo que te despiertas tarde y quieres una mezcla entre desayuno y almuerzo, además que mejor que terminar la semana disfrutando con amigos, por lo que una buena conversación y un traguito para acompañarla, no viene mal.
Al llegar, me acordé por qué me gustaba tanto esa terraza y es que simplemente la vista de la ciudad es increíble, incluso con un día nublado. El lugar muy bonito, (nada que envidiar a los bares de grandes capitales), en medio del pasto sintético una piscina y en el fondo un Dj, con poco ánimo, pero que a veces sorprendía con su música.
Podías elegir tanto lo que había en los diferentes mesones como preparaciones a pedido (papas fritas, huevos en distintas versiones, wafles, crepes, etc), además incluía jugos, vino, champagne, cerveza o bloody mary (para la resaca).
Yo partí con una "mimosa" y unos huevos benedictinos que estaban increíbles, de los mejores que he probado y después fui golosamente probando de todo un poco.. quesos y frutos secos para empezar, ostras (aunque pequeñas y no tan buenas), del mesón de mariscos (platitos tipo cóctel) nada me sorprendió, probé el ceviche (más o menos), el atún que no estaba en su punto y los camarones, pero que eran de los pequeños... en el mismo formato cóctel también habían mini ensaladas, donde lejos el hit fue el queso de cabra con tomate y albahaca... también probé la pasta sin grandes sorpresas, el cancato de salmón que pasó sin pena ni gloria y la carne a la plancha que se le pasó el punto que pedí, donde lo mejorcito fueron los champiñones y la cebolla. También tenían una gran variedad de postres, en general, el mousse de melón y otro postre con frutillas estaban buenísimos, los otros normalitos claramente no los mejores que he probado.
Finalmente descubrí una especie de wok que hacían a tu pedido que si me tincaba que podía ser lo mejor de la tarde y que incluía la pirotecnia del chef sobre el fondo de la ciudad, pero lamentablemente ya era muy tarde, no podía comer más.. sólo saqué del mesón de niños con dulces, un "media hora" del recuerdo.
Nosotros eramos un grupo bastante grande (en su mayoría extranjero) y llegamos todos a la misma conclusión, si bien la comida no era tan buena el lugar y el ambiente valían más que la pena, por algo "The Guardian" lo eligió como uno de los mejores bares de la ciudad. Además fue perfecto para terminar la semana, casi tres horas de buena conversación, bastantes mimosas y música de fondo, que hicieron que el tiempo pasara volando.
Al parecer Santiago está cambiando, espero más terrazas con buena vista, bares ruidosos y vida en la ciudad!!.
Pd. No tan recomendable para familias, pero si para grupos de amigos, en especial para aquellos que les gusta disfrutar del "brunch"
Pd2. Mimosas: champagne con jugo de naranja.
Pd3. Si mejorarán un poco la calidad de la comida sería excelente!
Pd4. El Dj le debería poner más onda, el lugar lo amerita
Pd5. Muy buena atención.
Pd6. Volveré ;)
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