Pasar por Starbucks a veces se convierte en algo irresistible. Desde el café hasta la pastelería siempre hay algo rico o nuevo que probar.
Esta vez fue en época de Halloween y por lo mismo había que probar las novedades relacionadas.
• Día 1: junto con un amigo pedimos el Halloween Frappuccino, la dulce travesura en bebidas de esta temporada. En los típicos tres tamaños, es una fresca combinación de salsa de chocolate en el fondo, luego leche frappé con vainilla, terminando con salsa de frutilla y crema chantilly opcional ($3.300, alto) Muy rico, dulce en su justa medida y deja bastante satisfecho, pero si quieres probarlo anda luego porque estará a la venta hasta el 6 de noviembre!
• Día 2: Pedí la conveniente y muy rica promoción de Latte grande + un cinnamon roll (puede ser también un lemon cake o brownie, $3.400) y para acompañar una galleta de Halloween x $1.250 En años anteriores fue una calabaza, está vez tiene la forma de un simpático fantasma!
El lugar por dentro no es el más cómodo. La manera en que el local está dispuesto es muy raro, especialmente las mesas del pasillo interior que quedan casi pegadas a la fila de clientes. No siempre está tan ordenado pero dentro de todo es aceptable. La atención siempre ha sido muy agradable, en especial hoy. Habían pocos clientes y por lo mismo el pedido salió rápido, pero una vez más y como suele pasar en toda esta franquicia, habían mesas con vasos o platos de clientes que no son capaces de botar su basura en los basureros literalmente al lado de las mesas. Habían solo dos personas atendiendo, lo mínimo que se puede hacer es ayudar a mantener el orden, nada cuesta.
Volvería sin duda. Siempre que voy es una buena experiencia, y si no hay espacio adentro, la terraza ofrece una buena alternativa para no estar tan encerrado.