Opiniones Pasteleria Roggendorf

Recomiendo especialmente los pasteles para diabéticos, deliciosos!!!  Cada vez que puedo paso porque a mi madre le encantan, es muy difícil encontrar buena pastelería para diabéticos.

Fui con ganas de algo dulce, pedí un strudel de manzana estaba bien rico, la masa buena, suave y el relleno también estaba súper rico. Volveré a probar el kuchen

Una excelente pastelería que debiese ser más conocida a mi gusto. La conocí hace muchos años cuando vivía en Concepción y alucinábamos con la torta amor. Llegamos a Santiago y durante años no teníamos idea que existía la tienda acá. Cuando nos enteramos fuimos inmediatamente a comer de sus delicias. Lo que jamás va a fallar es la torta amor y el strudel. Vaya y sorpréndase!!

La tradición y la "vieja escuela" son el sello inconfundible de esta pastelería que ofrece sus dulces productos desde hace más de 50 años, cuando fuera fundada por un inmigrante alemán de familia de pasteleros. Este local que abrió en 1999, es el lugar perfecto para un buen café (que preparan sin errores) o un té, cediendo sin esfuerzo a alguna de sus tentaciones en la forma de pasteles, porciones de torta y otras exquisiteces. La atención es de primera y aunque sus precios no muy moderados, uno termina volviendo una y otra vez. Tradiciones a fin de cuentas.

Me encanta en apfelstrudel con helado de vanilla! Las tortas don ricas! Esta bueno para ir en el fin de semana a tomar un cafe y pasear un poco por las condes!

Desde Alemania con amor, llega Don Hugo Roggendorf al sur Chile a Concepción especificamente a buscar nuevos horizontes para la pasteleria que aprendio en su tierra natal. Con su tienda aqui en Santiago Inagurada en el año 1999 ofrece desde hace 62 años que fue su llegada al pais en el sur, productos que destancan por su calidad y excelencia. Reconocer el esfuerzo de una empresa familiar que brinda trabajo a cerca de 50 trabajadores, me complace conocer este local y su historia, su sabores y delicias. Tortas, chocolates, galletas, tartas y una infinidad de productos que deleitan la vista y el paladar. Yo soprendido por la belleza de sus tartas pregunte por una de chocolate que me llamo la atencion y me dijo que era una tarta de chocolate rellena de frambuesa la persona que me atendio, asi que le dije que la llevaba. Muy buena y un quequito de chocolate, el unico detalle que me fije es la frescura, hay produtos que tenian en vitrina e incluso cosas que lleve que no eran precisamente frescas pero bueno lo de mas todo bien.

Ayer, luego de una entretenida mañana en el persa bio-bio, Fabo Campos (un penquista de nacimiento y corazón y santiaguino por el momento) me llevó a conocer la tradicional pastelería Roggendorf ubicada justo al lado del Apumanque. Siempre me hablaba de lo ricos que eran sus pasteles y tortas, así que esta vez me tocó probarlos in situ al lado de un experto en estos dulces del sur de nuestro país.
Por poco y nos quedamos sin panorama!! Llegamos muy poco antes de la hora de cierre. Habían unas cuantas mesas ocupadas pero no estaba para nada lleno. La atención fue inmediata. Nos mostraron los pasteles que estaban disponibles y nos explicaron (más a mi) de qué se trataba cada uno para ver cual nos gustaba más. Todos se veían geniales, y entre los que recuerdo estaba el "diplomático", el " senador" y varias otras tartas. Finalmente y luego de mucho pensar nos decidimos por: Fabián, un pastel "diputado" y un cortado doble y yo, una tarta de frambuesa y un jugo de chirimoya.
Probé el pastel "diputado" y fue wow... Demasiado rico!! Está hecho de masa de hoja, mermelada de frambuesa y manjar.
Generalmente cuando escucho que una torta o dulce trae manjar, me imagino algo pesado y extremadamente dulce. Por suerte este no fue el caso, los sabores estaban muy cuidados y bien complementados,al igual que la presentación. El cortado doble, según Fabián, estaba rico, y terminó siendo perfecto para la tarde, que de un momento a otro se puso muy fría después de varias horas de calor.
Mi tarta no se quedó atrás... De principio a fin estuvo exquisita. Lo mejor de todo fue ese sutil sabor ácido/dulce de las frambuesas que le dieron ese toque irresistible a la preparación, junto con una capa de chocolate entre la masa y el relleno, ufff de miedo! El jugo de chirimoya fue un excelente acompañante, un vaso grandote y muy refrescante.
Mientras sacaba fotos, pude ver también la gran variedad de chocolates que tienen, habría sido imposible quedarse con sólo uno! Por ahí recuerdo los bombones amaretto...tengo que volver por ellos!
El local es muy cómodo y acogedor, es como estar realmente en un café del sur de Chile. Aparte estaba adornado con decoración muy dieciochera, anunciando ya nuestras fiestas patrias.
Poco antes de irnos, tuvimos el placer de conocer a su dueña que amablemente se acercó para preguntarnos como habíamos encontrado todo, y mientras yo alucinaba aún más con el resto de los dulces, empezaron a intercambiar recuerdos y experiencias de los orígenes de esta espectacular pastelería en Concepción, donde comenzó a deleitar a sus primeros comensales hace muchos años atrás.
Lamentablemente no todos los pasteles estaban para pedir a la mesa, el resto sólo los encontramos en formato torta, pero de todos modos y si tenemos suerte los podremos probar en una próxima visita, de la cual estoy 100% seguro me llevaré una bolsita de chocolates para el camino ;)

En pastelería todo es rico, pero lo salado no tiene mucha gracia y es igual de caro. Generalmente cuando paso por afuera pido una Roseta para llevar (es un pastelito con forma de flor, relleno de mermelada de damasco y licor de guinda, cubierta con chocolate y almendras, riquísimo!).