Opiniones Burger & Schop

Algún venezolano llegó a Santiago y pensó en cómo adecuar los sabores de Venezuela para el chileno (más en un barrio como el de Brasil), de no encasillarse con la típica nostalgia del emigrante: El resultado es una variedad de arepas con cierta sazón y forma de comer muy típicas de Chile.

Me encantó el lugar, es una picada de comida venezolana rica y a buen precio. Es contundente la arepa y rica. La música es muy prendida, no sé si la varían pero me gusto harto el lugar y la atención es rápida y buena.

Pedimos un patacón y una hamburguesa mollejúa. El patacón estaba muy rico, pero era algo pequeño. La hamburguesa sí estaba increíble, riquísima. La atención excelente. No las pongo más porque el sitio se llama Burger and Schop y no ofrecían Schops, sólo un tipo de cerveza artesanal envasada, estaba muy rica, pero las faltó variedad en cervezas.

Ubicado en barrio Brasil, este local mezcla colombiano / venezolano es un acierto para un fanático de Sándwiches y que está en búsqueda de nuevos sabores. Recomendable, aunque por su diseño acústico sea bastante ruidoso. Lugar ideal para una tercera cita, o para quienes solo quieres escuchar conversaciones agenda

Completamente perdido en cuanto a qué comer y con el buen enganche del logo, llegué a Burger and Schop en Barrio Brasil, epicentro del carrete Santiaguino y de un montón de picadas y bares que le dan un poco más de vida las calles y acogen a quien quiera relajarse un rato.
El nombre es algo engañoso... De primera puedes pensar que es sólo un local más de chelas y sánguches, pero me llevé la sorpresa de que fue mucho más que eso. En origen es un local venezolano, el que ofrece una gran variedad de exquisitas preparaciones de sándwich, picoteos y muchas otras opciones. Su carta es extensa y en ella hay largas listas de combos con hamburguesas, hot dogs, cervezas nacionales e importadas y tragos, todo sumado a las infaltables opciones típicas de Venezuela, como tequeños, arepas y patacón.
Esta vez probé el combo de Pepito x $5.900.- Este sándwich típico viene en pan baguette y trae carne (puede ser pollo o mixto tb) tocino, pico de gallo (una especie de pebre sin ají) y queso blanco rallado. La presentación estuvo impecable! Todo venía en una tabla con un individual al más estilo "newspaper" con las papas, un pocillo de una salsa tártara para chuparse los dedos + lata de bebida.
Pensé que iba a quedar con gusto a poco pero no fue así. El sándwich se ve pequeño pero es muy llenador. La cantidad de carne era precisa y deliciosa, todos los agregados no hicieron más que hacerlo más atractivo y rico, pero el toque del queso terminó por transformarlo en una combinación infalible, al menos para mí. Como detalle aparte, me gustó probar un pan baguette más denso y blando que crujiente, nunca había tenido la oportunidad de comer uno así y me encantó.
El lugar esta lleno de identidad, música bien tira pa' arriba, imposible aburrirse incluso si vas solo/a.
Me saco el sombrero con Carlos, el garzón que me atendió de principio a fin, que con toda la paciencia, buena onda del mundo y excelente actitud (incluso siendo tan tarde y seguramente ya muy cansado) me explicó cada detalle de la carta y respondió a mis consultas sobre ésta, que fueron muchas.
Un tremendo hallazgo a mi lista de favoritos, estos pequeños escondites son los que lejos me cautivan más! Espero volver luego para seguir probando las sugerencias que me entregaron y pasar un súper buen momento.