Gustavo Maluenda Molina
+5
Excelente comida casera en un lugar acogedor que mantiene las características de una picada.
Varias veces ha sido una de mis paradas predilectas para hacer una pausa en la semana a almorzar.
Lugar bien escondido, tipo pica antigua. He ido en un par de oportunidades y en ambas quede contento, la vez anterior fue por el pebre( esa vez me comí un chupe de mariscos que estaba piola, he probado mucho mejores) y está vez por la carne al jugo(se cortaba con el tenedor) con puré(no instantáneo). Muy rico, casero, buena porción y barato( todo por 3 Lucas !) Lo malo es que se le había acabado el postre (flan) y me dieron un plátano( lo cual no está mal pero no es destacable). Una señora de edad nos atendió hoy, muy simpática, pero estaba sobre pasada por la situación( se llenó el local)y se ponía nerviosa jaja.
Fran Olivares Sobarzo
+4.5
Lejos de las mejores picadas a las que he ido. Lo mejor es que la relación precio-calidad es buenísima, quedas satisfecho ya que tiene un caldo de entrada, la ensalada, plato de fondo y el postre y todo por $3000 !!! Y lo mejor... El PEBRE, es tan rico!! Tiene ese toque de merken que lo hace mortal.
Nos encantó, hacen un pebre de maravilla, y la atención de Adela es siempre muy atenta y cordial. La comida muy rica y abundante, y lo mejor, el precio.
No tiene lujos de ningún tipo, es verdaderamente una picada.
Gonzalo Toledo Ibarra
+3.5
A este local lo podemos llamar una verdadera picada, ya sea por su estilo. Un lugar pequeño con alcuzar de sal, aceite, vinagre, con no más de 7 mesas en el local. En tanto el sabor es bueno, pero no para volverse loco. Cumple en relación al precio.
La cosa es simple, comida casera a precio popular. Es lo que ofrece "la Adela" actriz de tiempos inmemoriales de las tablas chilenas. Atendida por su propia dueña destaca en el calor y pasión que surge desde el esfuerzo.
En un principio puede que "no sea lo que estás buscando" pero al salir, te darás cuenta que lo mejor de la vida no se busca, llega solo :)
Destacan :
- empanadas fritas y de horno
- Platos de colación (incluye ensalada y consomé)
- atención rápida y eficiente
- Un pobre que te deja transpirando.
Como resumen, este es un lugar de los que nuestros padres dirían "vamos a almorzar? Pero con comida casera, no muy cara, y que pongan pancito y pebre" pues ya saben el resto.
Caminando de vuelta a casa el jueves en la tarde, casi muriendo de hambre y con ganas de encontrar un lugar novedoso para almorzar algo, recordé que estaba cerca de una picada que descubrí hace ya harto rato pero por tiempo nunca había podido detenerme a probarla... No me demoré nada en llegar, estaba como a 2 cuadras en la calle Porvenir.
Siempre me llamó la atención un enorme muro pintado y también un letrero con el nombre del local y una sexy señora con delantal, 100% identidad, demasiado ondero!!! había que entrar sí o sí.
Pregunté por el menú y, entre todas las alternativas, la carne al jugo con arroz me terminó por conquistar sólo de escucharla... Así que me senté y esperé mi pedido del día.
Primero llegó un consomé riquísimo, calientito y sabroso, buena porción. Junto con él, vino una ensalada surtida, pan fresquito (me repetí una hallulla más, cortesía de la casa) y una coca light. El plato de fondo me alegró el momento, mucho y muy buen arroz, y la carne blandita, cantidad perfecta, ni más ni menos. El postre sirvió para darle un toque dulce al menú, un vasito con flan y salsa de frutilla, súper!
Esta picada tiene una característica muy especial: no es el típico local escandaloso con música a todo chancho ni ruido ni tanto ajetreo o movimiento, todo lo contrario... es muy piola, tranquilo, mientras comes hay una TV prendida con algún programa y otras personas almorzando, todo de lo más familiar y normal del mundo.
El comedor es lindo, cómodo y está decorado con toda la onda dieciochera! Me llevé la impresión de que la ubicación también ayuda mucho a que sea un lugar más de clientes frecuentes que de gente a la pasada.
Me atendieron sus propias dueñas (incluída Adela) con todo el encanto, simpatía y amabilidad del mundo, me sentí como en casa! (Una vez más... cuando es atendido por sus propios dueños, se nota la diferencia)
Precio y calidad más que satisfactorio, todo por $3.000, increíblemente barato y rico! Aparte me contaron que venden empanadas, las ví y son gigantes (ver foto) Volvería feliz! Me encantó de principio a fin.
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