Una muy buena opción en el Cajón del Maipo, por su agradable patio, entorno y lo importante las pastas caseras son también muy buenas.El lado negativo la espera.
Si bien no es barato, me parece que vale la pena, ya que no solo disfrutas de la comida, sino también del lugar, puedes sentarte en el pasto o una hamaca, sin preocuparte del tiempo y es un panorama ideal para el fin de semana, ya sea con familia o amigos.
Hace varios años que descubrí este lugar y debo decir que me encanta, ya solo con sentarte en la terraza, respirar el aire y disfrutar la vista, parte de tu visita se verá justificada.
Fui en Diciembre (Domingo) con unos amigos, llegamos temprano y por lo que optamos por la terraza para aprovechar el sol.
La chica con las cartas llegó rápidamente, yo pedí un pisco sour ($3.200) que lo hicieron con Artesanos de 35, un poco fuerte para mi gusto y mis amigos cerveza artesanal Palestra (500cc -$3.100), que la hacen en el cajón del Maipo, y aunque no soy muy fan de las cervezas, me gustó. También nos trajeron un pan muy rico caliente con mantequilla a las finas hierbas y aceitunas.
Los fondos se demoraron bastante en llegar y aunque casi arruina nuestro almuerzo, estaban bastante buenos. Yo pedí el "Misto Verde" (9.500) que era la mezcla de 3 diferentes pastas vegetarianas con salsa de Di Nocci (nueces, ajo, crema, aceite de oliva y parmesano), la pasta estaba buena (no sobresaliente), pero la salsa buenísima, aunque debo decir que era un poco pesadita, pero nada que una buena caminata no pudiera remediar. Otro pidió los "Tortelloni di Gamberi con salsa de camarones al pilpil" (9.700) , normalitos y si bien los camarones eran grandes, la salsa ninguna maravilla, el plato que si sacó aplausos fue el "Ravioli di Reineta" (9.500) también con salsa Di Nocci, debo decir que fue la mezcla de sabores perfecta y definitivamente mi plato la próxima vez que vaya.
De postre optamos por 2 postres para compartir, "Panacota Frambuesa" ($3.800) y una torta Calypso semifreda con berries y amapola (4.200), los dos estaban maravillosos y no quedaron ni rastros de estos en los platos.
Como broche de oro los bajativos de la casa, 24 hierbas, limoncello y pétalos de rosa, acá las opiniones estuvieron divididas, yo me quedo con el 24 hierbas.
Hay que agradecer la atención, ya que la chica conocía muy bien todos los platos, nos dio buenas recomendaciones y fue muy amable.
Finalmente después de un largo y entretenido almuerzo decidimos disfrutar el lugar, así que mientras uno se quedó en una hamaca durmiendo siesta, el resto optó por recorrer un poco. En la laguna, habían 2 kayaks aunque tapados con una madera así que los usamos como balsa a remos y jugamos taca-taca, aunque estaban medios destruidos. La hija de mis amigos se entretuvo con el burro, conejitos y gallos, así que en resumen terminamos todos felices.
Conclusión, un muy buen panorama no tan solo por la comida, sino también por el lugar. Lo que si sería bueno que se preocuparan más de los tiempos de espera y le hicieran un poco de mantención a las instalaciones, en especial a los juegos de los niños, ya que en general están todos destruidos.
Pd. Con la comida optamos por media botella de vino Carmenere Santa Ema ($7.000) que fue muy buena opción, ya que habían varios manejando.
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