El ambiente sin duda es gran parte del puntaje. Un lugar pequeño y privado del Barrio Italia, pero con mucho carácter. Pedimos un menú que constaba de una sopa fría, plato de fondo, jugo y postre o café. La sopa no fue mi favorita, el ceviche exquisito al igual que el mote que lo acompañaba. El café muy rico. Un poco caro para lo que ofrece, pero un buen lugar para visitar.
Llegue a este café de casualidad buscando donde tomar uNa once como en casa. Me sentí como en casa, todo muy agradable y acogedor. La carta muy sencilla nada de sofisticación, pero muy rico.
Si quieres sentirte como en casa, este es el lugar.
LO MALO: los meseros no están a la altura del lugar. Falta agilidad y no están atentos a las mesas. No saben recomendar los productos y tampoco conocen la carta.
Ricos pasteles y sándwiches, Cafeteria pasable y teteria muy buena. Todo autoproducido, desde jugos del día hasta los pasteles.
Las onces para dos personas de 12.000 muy completas.
Punto a favor la charcutería.
Imperdible pa la once en el barrio Italia.
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