Un café a la antigua, con muy buen nivel de dulces y salados. Bien atendido y muy cómodo para un momento de tranquilidad y descanso con un café o té.
Buena impresion y atención a la hora de once . Es muy recomendable para la idea de estar en un lugar tranquilo y bien atendido en los detalles . Volvería. Se recomienda al 100%.
Experiencia de otra época. Es un viaje al pasado, hasta el olor es vintage. Las mesas estaban super juntas, lo que no fue problema porque estaba casi vacío pero me imagino que si hubiera estado lleno habría sido terrible. La atención ahí no más. Pero yo fui por una razón: las sopaipillas pasadas. Grandes, ricas, no demasiado sopeadas, calientitas... ñami. Si estás con antojos sopaipillezcos, éste es el lugar.
Me gustó el ambiente de este local, no había tanta gente por lo que la atención fue rápida, pedi la once completa que sale $5.900, trae jugo+ pan+ torta+ bebida caliente, el chocolate caliente estaba rico, el pan jamon queso caliente muy bueno, el jugo tutifruti era de pulpa, y la torta de chocolate riquisima. Mi amiga pidio Torta selva negra estaba buena pero podria mejorar. Volveré.
La atención es bastante buena y rápida los dulces muy ricos sobretodo el cheesecake , en cuanto al café es bueno pero a mi parecer nada especial
Solo e ido por desayunos y onces. El local es un clasico, de arquitectura antigua y sencilla, tiene mesas adentro y afuera. Es grande y tranquilo, me agrada ver a las señoras como juntan todas a disfrutar del té. En general pido el "villa real" que es mas que bastante abundante pero mi ambicion por comer de todo aqui es mayor. Este viene con un jugo pequeño natural, me toco uno de pera que estaba exquisito un dia, con un sandwich de miga o croissant con jamon y queso (recomiedo mas el sandwich de miga ya que es mas liviano para poder lograr la hazaña de probar todo) un cafe que estaba bueno tambien, dos scones con mantequilla y mermelada que por pequeños que se vean son llenadores y sabrosos y un pastel a eleccion de la gran variedad que tienen lo unico malo es tener que elegir por que todos se ven deliciosos. Los sandwiches y demas jugos son buenos igual. Y la atencion es un 7, un agrado ir para que te atiendan con tanta simpatia
Restaurant ubicado en Providencia, con extensa tradición a lo largo de los años, desde 1946, conocido sobretodo por su Salón de Te. Cuenta con Catering para empresas y servicio de coctel.
Tiene una amplia y variada carta, donde encuentras de todo, desde preparaciones y platos, Menús Almuerzos, Sandwich, Ensaladas, variados menús de Onces y Desayunos, entre otros.
La ambientación es Clásica, manteniendo la decoración de antaño, tiene una agradable terraza que cruza hasta calle Orrego Luco. También Tiene una sucursal en Vitacura.
Lo súper recomiendo, ya que es un oasis en medio del bullicioso providencia, ideal y tranquilo para reuniones familiares o almuerzos, mantiene el estándar y calidad de siempre! 🍴🍴🍴🍴🍴👍🏻
Es como volver al Chile antiguo, esos de salones de té, casi nada de anglicismos y señoras que se juntan a tomar el té con pastelitos. Aguante el Villa Real.
Yo fui con una amiga y eramos las más lolein del paisaje, nos tentamos con las sopaipillas pasadas que aunque un poco cara la porción (3 lucas) estaban de los dioses, una maravilla y equilibrado el sabor, para nada cargado a demasiada azúcar o quemado como pasa a veces con ese plato.
Vi además que vendían tapaditos (me encantan) y los tradicionales sandwich de miga y ave palta, que se veían bien buenos.
En mi caso además pedí un cheesecake, el cual estaba bastante bueno. La atención amable
Quiero volver por los tapaditos
Fui un día al almuerzo, el menú es bien completo y los platos son grandes . El pan es demasiado rico. No le puse un 5 porque la atención media lenta.
Michelle Cazenave Lafertte
+3.5
No sé cuántos años tendrá, pero al parecer el Villa Real es un clásico en cuanto a salones de té se refiere en Providencia.
Yo, al menos, no lo conocía, hasta que un día que fuí al Tea Connection (son casi vecinos) me fijé que estaba este lugar que afuerita, en un letrero, prometía sopaipillas secas y pasadas. ¿Qué más se necesita? Tenía que ir a probar qué tal.
Resultó que es un salón de té muy tradicional, de esos con mesas amplias, decoración clásica y cuidada, y meseros mayores, amables y que parecen que llevan harto tiempo trabajando ahí. Me recordó en algo al estilo de la pastelería Mozart, en Vitacura, o de la Condi, en Ñuñoa.
Además el lugar es súper espacioso y tiene una terraza cómoda y también de buen tamaño, rico para cuando el clima acompaña.
Pedimos nuestras sopaipillas y estaban tremendas, muy ricas, además de unos sandwiches, tés y jugos, todo rico aunque, ojo, bien tradicional, nada rompedor. Vayan con la expectativa de un lugar en el que las habitues son señoras de edad y familias tomando el té: rico, pero seguro.
Dejándo claro esto, lo único que podría criticarle al Villa Real son sus limonadas. Al final de todo, me pedí una para refrescar y resultó que estaba evidentemente hecha con jugo sucedaneo de limón. Mal.
De todas maneras, creo que Villa Real es una alternativa rica y correcta para una oncecita de fin de semana con la familia o buenos amigos, en un ambiente confortable y con una carta con buenos precios. Esa sería mi recomendación.
An error has occurred! Please try again in a few minutes