El moussaka de carne cordero y vegetariano con pimentones es uno de los platos más deliciosos que he probado. Suave, cremoso y suntuoso al mejor estilo griego! Muy recomendable!
Don Patricio Eduardo
+4.5
Pasé hace una semana y estaba cerrado o clausurado. Pero era sumamente rico. El moussaka era espectacular: una especie de lasaña al estilo balcánico
Restaurante acogedor y decoración bonita, la comida es muy buena! los precios son baratos, el menú no es de lo mas amplio pero da lo mismo con la calidad que tienen sus platos.
Celestino Sin Manjar
+3.5
Cuando entramos, la música, la decoración y ambiente familiar nos transportaron de inmediato. Había un chico que estaba tocando el típico zorba muy lindo, una mesa grande (la más grande del lugar) con gente conversando y los cuadros, fotografias y demasés alusivos a dicho pais hicieron que dijeramos "que bien como comenzamos". Restaurant pequeño con carta bien acotada. Luego la comida, muy casera para mi gusto y sin presentenciones. Si la musaka esta recalentada, traten de que se vea más bonita con la presentación. Postres, solo yogurth con miel, pero bueno, tal como debe ser. No tenian yogurth para poder comprar. Resumen, ambiente fabuloso pero le falta algo a la comida, pero volvería con gusto a probar lo que queda de carta. Próximamente tendrán patente de alcoholes.
Rico y familiar restorán griego! Irse a la segura con el moussaka (como una lasaña de berenjenas) y probar los postres dulces. Está un poco escondido y a cuadras del metro república así que si pueden vayan en auto. También tiene un mini negocio donde se puede comprar the rial yogurth griego. Lo que más destaco es la atención
Después de mucho tiempo logramos ir con la Coni a pasar un domingo de caña a este lugar que, por lo que habíamos leído, está ambientado como una taberna Griega típica. Para empezar pedimos un mix de dolmades y keftedes. Los dolmades son las típicas hojitas de parra rellenas de arroz servidas a temperatura ambiente y las keftedes son albóndigas de carne, todo esto acompañado de salsa de yogurt con aceite de oliva y pepino, además de servirnos aceitunas y rodajas de pan untadas en más aceite de oliva. Estaba todo muy sabroso, lo único que no me mató fueron las hojitas de parra que estaban buenas pero no para morirse, pero lo demás muy bien.
Seguimos con los dos platos estrella del lugar, el spanakopita, que es una tarta de masa filo, espinaca y queso feta y el moussaka que es un pastel de berenjenas, papas, carne y tomates cocinado al horno, parecido a una lasaña. Los dos estaban deliciosos, el spanakopita tenía mucho de todo y los ingredientes se unían de manera perfecta, y el moussaka es una cosa tan rica que es difícil de explicar, la berenjena no le gusta a todo el mundo, pero el que pruebe este plato y no quede con ganas de comerse una olla no sabe nada de la vida. Todo esto venía acompañado de una ensalada de tomate, pepino, cebolla morada, aceitunas (
Por tercera vez fuimos en familia a disfrutar en este restaurante de comida tradicional griega que solo atiende los días sábados y domingos, almuerzo y cena.
El local es pequeño y acogedor, con fotografías y afiches alusivos a Grecia donde ademas tuvimos la oportunidad de escuchar música en vivo tradicional.
Los platos son contundentes y la atención amable. Los mozos conocen bien la carta, que no es amplia, pero si representativa. Probamos: mousaka, ojas de parra rellenas, spanakopita y keftedakia.
También cuentan con un emporio donde se pueden comprar aceitunas, aceite de oliva y Ouzo (licor anisado griego).
Absolutamente recomendable!
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