La primera vez que fui,los camarones eran gigantes...debo decir que son deliciosos... Además, te ponen un enorme babero, el servilletero completo y agüita manil; lo que lo hace mas entretenido.
La atención es lenta...pero buena.
La segunda vez que fui, los camarones de río eran de la mitad del tamaño, lo mencioné y mandaron de cocina otros más..."para compensar"
Los ostiones a la parmesana son deliciosos, y los camarones de rio al ajillo son espectaculares...
Es un buen lugar para ir...pero no taaaan seguido.
Soy fanatica de los Camarones y decidimos conocer este lugar... Me esperaba más.
Ambiente hogareño y sencillo. Restorán que se destaca por los diferentes tipos camarones en sus platos. Recomiendo pedir una rica jarra de sangría para acompañar los platos, como los camarones de rio al ajillo. Además de la trilojía de camarones preparados al ajillo, apanados y crudos al limón. Las limonadas son muy desabridas y aguadas, no pedirlas.
Fui un sábado a la hora de almuerzo, había poca gente y aún así la atención fue muy mala y lenta, sólo dos garzones para todo el restoran.
Fuimos a celebrar el cumpleaños de mi hermano aquí porque es fanático de los camarones, y efectivamente es un lugar ideal para ir a comer los camarones de río al ajillo.
Es bien simpática la propuesta, porque te preparan con un babero gigante para poder comer con las manos y salpicar con tranquilidad.
Personalmente no me gustan los camarones, así que yo opté por un pastel de jaiba, que estaba buenísimo.
Los postres también muy buenos y con gran variedad; recuerdo especialmente la créme brûlée y los higos con nueces, ambos deliciosos.
Las tres primeras fotos son en el local antiguo, que está a una cuadra, y la última es del local nuevo. El actual no es tan agradable como el otro, ya que es más simple y mucho más pequeño, pero la comida sigue siendo la misma.
Ojo que no es un restorán barato, pero los productos son de buena calidad.
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