Muchas veces cometemos el error de juzgar el libro por su portada, ya sea en productos que uno ve en algún catálogo o porque simplemente da mala espina. Esta actitud, que por cierto es bastante natural entre nosotros, puede privarnos de experiencias realmente buenas, nada que cambie la vida ni mucho menos, pero oye, te puedes llevar una sorpresa y añadir un ítem más a tu inventario de cosas favoritas.
No estoy al tanto de la antigüedad que tiene este restaurante en nuestro país, pero si mi abuela y otros parientes me dicen que iban cuando eran más jóvenes quiere decir que estamos hablando de un clásico, por lo menos si hablamos del Pizza Napoli ubicado en Paseo Estado 149, entre Agustinas y Moneda en pleno centro de santiago. Seguramente le han hecho uno que otro reportaje, pero la verdad no lo recuerdo, pero si mucha gente lo conoce y le trae buenos recuerdos seguramente tiene algo bueno ¿no?
Su entrada es llamativa, un toldo blanco y rojo con patrón de rayas que lo destaca entre el resto de locales, con un gran letrero en lo alto que anuncia su nombre en letras rojas, bastante elegante y llamativo, quizás la letra es un poco pequeña, pero se puede leer. Posee una especie de vitrina que muestra distintas preparaciones para llamar la atención de la clientela, a mi en lo personal esto me daba mala espina, pero era un tema mío, es decir, ver esos alimentos todo el dia bajo el sol, el calor, los alimentos empiezan a desprender olores y bueno...se me quitaba el apetito, pero es cosa mía y producía cierto rechazo, pero en fin. También tienen una pantalla electrónica que da a conocer las especialidades en ofertas de cada dia, lo que podríamos considerar como la “promo” de almuerzo.
El interior es bastante acogedor, algo pequeño la verdad, pero está bien decorado tiene asientos cómodos y acondicionados para ir en pareja o 4 personas como máximo, ya que si vienes con un grupo mayor se te asignarán asientos en el segundo piso o el subterráneo, principalmente por que en el primer piso los puestos están pegados al piso, no es cosa de mover unas mesas y sillas para que todos quepan.
La atención es regular, en su mayoría son mujeres las que toman las órdenes, las cuales visten un uniforme blanco con gris que las hace verse bastante elegantes y le da un toque de seriedad al entorno, son amables y atentas, te invitarán a tomar asiento y depositarán un poco de pan con mantequilla más el menú, el cual es bastante práctico ya que posee unas pestañas en el costado que indican las distintas secciones de este, es decir, entradas, carnes, pescados, ensaladas, etc.
La especialidad acá son las pastas y pizzas, no estoy seguro si es que ellos son los que hacen la masa de estas preparaciones por lo que no entraré en mucho detalle en este apartado, lo que sí puedo asegurar es que su variedad de platillos es bastante equilibrada, no es una cantidad obscena de alternativas ni tampoco un desierto, está justo lo necesario para elegir entre algo fresco como una ensalada o más clásico como un poco de carne con agregado.
En términos de precios podría decir que no es caro, si tomo como referencia por ejemplo el Bar Nacional, creo que son alrededor de unos 2 mil pesos más barato, donde un platillo puede costar menos de 8 mil pesos y si quieres ahorrar puedes elegir el menú del día que consta de un plato de fondo más un bebestible, lo cual es bastante conveniente. Lo que me sorprendió es el tamaño de las porciones, es bastante abundante, pensé que por los precios que estaban en el menú el volumen de comida sería más o menos justo, pero me equivoqué, es bastante comida y en mi caso tuve que pedir para llevar. Pedí una lasagna, la cual fue recomendada por la persona que me atendió, me dijo que era el clásico del local y era buena, no se equivocó y me atrevo de decir que es de las mejores que he probado en santiago, está bien presentada y muy caliente.
Si tengo que señalar puntos en contra, debo decir que la ventilación podría ser mejor, si bien consumí un plato caliente me sentí un poco ahogado, estaba caluroso el segundo piso. Otro detalle molesto por cierto es que el segundo piso se mueve demasiado, no sé si me explico, pero cada vez que alguien daba fuertes pisadas uno siente que se te mueve la mesa, y puede que estés un poco nervioso durante tu almuerzo.
Pero lo que más me produjo ruido fue la espera de los platos, me llamó la atención que entregaran primero un platillo y como a los 10 minutos después llegara el otro, creo que la idea es que ambos platos lleguen juntos. Es incómodo a veces que una persona no pueda comer mientras la otra espera tu comida. En promedio fueron unos 20 minutos de espera, lo cual es aceptable por la hora en que visité el local, pero 10 de esos minutos se fueron en la espera de un solo plato, mientras que el otro ya había llegado, es necesario asegurarse que los dos platos lleguen a la vez.
Considerando estos detalles, que son completamente superables, siento que Pizza Napoli ha envejecido bien, aún sabe responder ante la demanda de los comensales de santiago, tienen buena comida, entorno y precios. Lo recomiendo para que lo visiten y prueben la especialidad del local, eso sí hay que ir con hambre, pero siempre esta la opcion de llevar el resto para la casa y tomar once...Lasagna para la once?...Oh sí por favor!
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