Conocí este lugar por la insistencia de un grupo de compañeros, porque pese a pasar miles de veces por fuera, no me entusiasmaba.
Fuimos 13 personas en aquella oportunidad y pedimos 3 parrilladas con ensaladas, las que nos alcanzaron perfecto, pensando en un almuerzo con porciones cercanas a lo se comería en la propia casa.
La carne estaba jugosa, aunque los cortes no destacaban, pero no tenían nada que envidiarle por ejemplo a lo que se puede probar en el "Chilenazo", por poner un ejemplo.
Para beber, algunos pidieron bebidas, otros pidieron vino, pero yo preferí un jugo, de los típicos Guayarauco.
La atención fue amable, no demoraron mucho en acomodarnos las mesas ni en llevar nuestros pedidos, considerando que era un jueves, casi justo en su horario de apertura.
De todas formas, considero que no destaca por algo en particular, pero cumple con lo que se espera de un local de parrilladas.
Rico para comer una tipica parrillada, la carne es sabrosa aunque la pedimos bien cocida y nos la trajeron a medio punto, tuvimos que esperar a que cosiera mejor en la parrilla. Ademas el servicio por parte del personal es algo lento,
Los demas todo bien.
Este es un lugar más de la cadena de Parrilladas Argentina.
Lo bueno es que tiene muchos estacionamientos a su alrededor, por la cantidad de gente que llega, así que no hay que preocuparse mucho de eso.
Los que atienden son amables y preocupados, nunca me han dejado esperando por atención.
Hay veces donde las carnes están muy duras y sobrecalentadas, lo cual no es agradable al paladar. Los tragos tienen más sabor a alcohol que otra cosa, pero por el precio, están bien.
No tienen muchos postres pero siempre recomiendo el merengue lúcuma helado.
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