El lugar es muy bonito y sencillo a la vez, desde el primer momento se nota que hay una preocupación en la decoración y diseño, tienen flores coloridas y frescas por todo el local aportando mucha alegría al ambiente. La atención muy buena: rápidos, amables y atentos. Respecto a la comida, pedí los gnocchi tricolore y los ravioles con tomate y albahaca. Ambos platos estaban buenísimos, rica pasta artesanal y fresca. De postre la torta de mil hojas muy recomendada, con un manjar exquisito. Lo único que podrían mejorar es el tamaño de las porciones: no quedé con hambre pero me habría gustado comer más de todo porque estaba muy rico!
No pedir el menú del día. La entrada, una verguenza: la porción mínima de "ensalada césar" que no era más que lechuga con crutones y queso me quedó literalmente en una muela. El plato de fondo (arroz con cerdo a la mostaza) también era una porción pequeña y el arroz parecía estar hecho hace días por lo duro y seco.
Es una buena alternativa para ir a almorzar durante la semana, tipo almuerzo de pega. El lugar es acogedor, la atención es buena, y no es dificil conseguir mesa. Sobre la comida, nada del otro mundo. Es súper casera. Tienen un menu de almuerzo, puede ser completo (con entrada, postre y cafe), mediano o simple. Es una buena opcion, pero ojo que los platos igual son chicos, para el precio. Yo no soy muy fan de los menus asique me pedi el quiche del dia, y en comparacion a lo que nos pedimos todos, le achunte al plato.
Lo bueno es que aceptan cheque de restaurant. Recomenido igual pedir reserva, pero en la parte adelante del lugar, no en la terraza de atras.
María Francisca Gallardo Muñoz
+5
Hace tiempo quería conocer este lugar y hoy pase a almorzar con mi abuela, la decoración es muy bonita y todos son muy amables, al entrar nos ofrecieron una mesa de inmediato, pedimos un quiche con ensalada con dressing, un jugo de chirimoya y una sopa de zapallo italiano, todo rico, y la atencion buenísima a pesar de todos los clientes que tenían por ser hora de almuerzo y estar lleno de oficinistas. Arriba en el segundo piso hay unas tiendas deco, así que incluso vitrineamos. Nos gustó mucho, me gustaría volver.
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