Hay que tener en cuenta que es una picada! Y dentro de ese parámetro es una de las mejores que conozco! El precio v/s el tamaño del plato es excelente. Pedí una colación que era pollo asado con acompañamiento y para mi sorpresa el pollo no estaba seco. También tenían ajiaco y costillar con papas fritas. La atención fue atenta y rápida. Comida chilena casera a buen precio bien regaloneados con la atención 😉.
Punto en contra, el ají para el ajiaco nunca llegó. A favor es que el menú se puede pedir con pisco sour. Volveré mil veces más.
Siempre me llamó la atención esta casona estilo colonial ubicada en la esquina de Eleuterio Ramírez con Serrano, es que es difícil encontrar en el centro vestigios de un pasado no tan lejano que pareciera que si lo fue pero en realidad tiene que ver más con el descuido y la poca protección de nuestro patrimonio. El local por dentro conserva una mística chichera, pintoresca, casi guachaca pero no como la piojera y se agradece. Es tranquilo y bohemio. Pedimos una chorrillana para compartir que tiene detalles a mejorar como el corte de la cebolla (muy grueso) y la carne que estaba en pedazos muy grandes. Bebimos cerveza kross y que sirven en formato schopp de 500cc, 1 lt. y rocket. Volveré para probar el terremoto y algún plato caliente.
Un menú atractivo para el bolsillo , pase miles de veces por este lugar porque trabajo a la vuelta y nunca había comido allí , cosas de la vida.. Pedí un pollo al coñac , sabor y coccion del pollo bien , papas fritas caseras bien , no pasadas en aceite y de tamaño ideal , la baja estuvo en el caldo ... Fome , sin sabores en el paladar , del montón , quizás no tenla coñac , no lo sentí .. igual volvería a probar sus chorrillanas ..Atención agradable..
La Ruta De Los Sabores
+4
Fue nuestra primera visita, ninguno de los dos habíamos ido, es una casa antigua, muy bien mantenida, espacios amplios, agradable y limpio. Estaba lleno, casi no había mesas, más tarde la mesera nos contó que ese día una empresa celebraba un evento.
La especialidad de esta picada es la comida chilena, bien variada la oferta y con muy buenos precios, el menú me recordó una visita que hice a las cocinerías en el mercado de abastos de La Vega Central: pan, pebre (muy sabroso), ensalada, jugo, plato de fondo muy generoso (papas fritas y pescado frito), y el postre un mote con huesillos. Todo por $2.700.
También tienen platos a la carta, así que mi amigo optó por pedir un arrollado, porque venía recomendado como uno de los mejores de Santiago. En lo personal, prefiero el de el “Rincón de los Canallas”, acompañado con puré natural, que es impagable, a $4.700.
La atención es buena, considerando que estaba lleno, la espera fue de 15 minutos, una vez realizada la orden. El jugo es de sobre, pero esto es un detalle, considerando el precio del menú.
Otro punto a favor es que tienen descuentos por la tarde, después de la oficina, para que se atrevan a tener un “After Office Terremotiado”, acompañado de alguna chorrillana de la carta o simplemente un sándwich de arrollado de huaso en marraqueta.
Para almorzar algo criollo, rico y barato éste es el lugar, lo recomiendo a ojos cerrados. Se puede pagar sólo con efectivo.
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