Hay que tener en cuenta que es una picada! Y dentro de ese parámetro es una de las mejores que conozco! El precio v/s el tamaño del plato es excelente. Pedí una colación que era pollo asado con acompañamiento y para mi sorpresa el pollo no estaba seco. También tenían ajiaco y costillar con papas fritas. La atención fue atenta y rápida. Comida chilena casera a buen precio bien regaloneados con la atención 😉.
Punto en contra, el ají para el ajiaco nunca llegó. A favor es que el menú se puede pedir con pisco sour. Volveré mil veces más.
Siempre me llamó la atención esta casona estilo colonial ubicada en la esquina de Eleuterio Ramírez con Serrano, es que es difícil encontrar en el centro vestigios de un pasado no tan lejano que pareciera que si lo fue pero en realidad tiene que ver más con el descuido y la poca protección de nuestro patrimonio. El local por dentro conserva una mística chichera, pintoresca, casi guachaca pero no como la piojera y se agradece. Es tranquilo y bohemio. Pedimos una chorrillana para compartir que tiene detalles a mejorar como el corte de la cebolla (muy grueso) y la carne que estaba en pedazos muy grandes. Bebimos cerveza kross y que sirven en formato schopp de 500cc, 1 lt. y rocket. Volveré para probar el terremoto y algún plato caliente.
Un menú atractivo para el bolsillo , pase miles de veces por este lugar porque trabajo a la vuelta y nunca había comido allí , cosas de la vida.. Pedí un pollo al coñac , sabor y coccion del pollo bien , papas fritas caseras bien , no pasadas en aceite y de tamaño ideal , la baja estuvo en el caldo ... Fome , sin sabores en el paladar , del montón , quizás no tenla coñac , no lo sentí .. igual volvería a probar sus chorrillanas ..Atención agradable..
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