Calificado como un restaurant de lujo, cuenta con más de 100 años de historia. Llegué a la Confitería Torres por la recomendación de un amigo, y aunque el lugar es demasiado elegante para mi diario vivir... tienen buenas opciones en el menú :). Cuenta con picoteos, entradas, carnes, pescados a la plancha, sopas, ensaladas (porción equivalente a un plato), fondos varios y Bar. Por el público al que apunta, los precios son altos y el almuerzo puede salir alrededor de $15000 por persona. También hay cafetería, postres, tortas, dulces, tostadas y onces, en donde la variedad prima, aunque le agregaría algunos más :)
Leyendo las otras opiniones, son bien dispares entre si. Parece que como en varios otros restaurantes, el problema radica con demasiada frecuencia en el personal. El local es muy interesante y con historia, fue remozado hace algunos años, espero que se mantenga.
Hay un gran esfuerzo detrás.
No hicimos un gran pedido pero la atención fue buena. Probamos un Strudel de manzanas tibio con crema muy bueno, nota 6,5 y un kuchen Streusel con berries regular, sin sabor y feo, además te y café. Años atrás probé el barros luco y el pisco sour en la barra, me los repetí todos. Volvería a inspeccionar otros platos. Me quedé preocupado porque no sé si se va a demoler el edificio? O refaccionar?
El lugar es como volver al pasado pues al interior se mantiene la escencia old fashion. El barros jarpa lo recomiendo de todas maneras. El café excelente
FGC (Food Good Comments.)
+4
Tradicion. He ido en 3 oportunidades y siempte han sido gratas experiencias. El lugar es muy bonito. Ya casi todos sabemos que es el lugar donde nacio el barros luco. Por eso imposible ir y no pedir uno para probarlo. Si bien la comida es rica, mas pesa la tradicion que el sabor. Los precios son elevados para lo que ofrecen. La atencion es amable aunque los señores que atienden algunos mayores suelen olvidar algunas cosas. En fin... un lugar que debes visitar alguna vez en la vida.
Renatta Cordero Barria
+4.5
Siempre quise conocerlos, en una época pasaba siempre por afuera y me parecia impresionante la arquitectura del lugar tanta historia junta en un solo lugar! Entré con muchas expectativas y el Garzón se pasó , nos contó que llevaba toda su vida ahí desde que inauguró el lugar nos atendió excelente y la comida nada que decir, no pueden dejar de ir es parte de la cultura de 🇨🇱🇨🇱
En este clasico lugar de encuentro de políticos y personalidades almorcé dos días seguidos. Día 1: lomo arriero al ajo con papas, demasiado pasado a ajo, pedí la carne bien cocida y quedo media, a pesar de eso igual el sabor estaba bueno.
Día 2: Merluza mediterránea con puré de palta. Aquí si, estaba super rico, bien sazonada la merluza, con hartos camarones y grandes, el puré de palta en verdad era palta picada, pero estaba muy bueno.
La atención leeeeeenta.
A pesar de no tener reserva, me atendieron excelente, la mechada con puré del bueno, recomendable.
Quizás algo caro, se paga por el nombre, pero te atienden bien.
Para mí el servicio es fundamental
Manuel San Martín H.
+3.5
Rico, rico. Pero aquí la especialidad no son los picoteos, porque la variedad es muy poca. Sí lo son los sándwiches, postres y fondos, que son muy valorados. El mojito igual me dejó con gusto a poco, pero lo compensó las empanadas con extra queso, el ceviche y los camarones con salmón ahumado.
Fabiola Ortega Lizana
+3.5
Fuimos a probar el lugar porque siempre habíamos escuchado sobre lo rico de sus sándwiches, yo me pedí un Piñera y mi pololo un Barros Luco. El Piñera estaba muy rico, pero la verdad es que yo soy fan del salmón ahumado, así que malo no lo iba a encontrar.
El Barros Luco es otra historia, la verdad es que malo no estaba pero al ser el lugar donde nació, espera a más, sentí que tenía poca carne, y la verdad es que he comido mejores, y mucho más contundentes.
Los postres estaban exquisitos, perfectos para un café.
La atención no fue la mejor que he tenido, se les olvido una parte del pedido y para pedir los postres hubo que casi ir a buscar a los meseros, ya que no estaban atentos. Lo peor es que el lugar no estaba lleno.
Restaurante espectacular. Fui con amigas a la hora de almuerzo y desde que entramos la atención fue excelente. Pedimos un chupe de jaivas, un lomo a lo pobre y un filete a la pimienta con puré de garbanzos; todos muy buenos, con el punto de cocción correcto de la carne y se demoraron un tiempo razonable en traerlos a la mesa. Punto aparte merece la ambientación del lugar, tradicional y muy bonita... Tiene un piano en el escenario que le da su toque de elegancia. En conclusión, si bien los precios no son de lo más baratos, cada plato (y la experiencia de ir allá) lo valen. Un gustito que volveré a repetir sin dudas!!!
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