En la vida hay cosas que es difícil que salgan mal, ya sea por la experiencia adquirida en algún campo que terminamos actuando como máquinas sin darle mucha vuelta al asunto, como por ejemplo hacer un completo....claro que hay unos mejores que otros, pero a la larga es difícil, en mi opinión, toparse con un completo mal hecho o sin gracia, y probablemente si esta mal sea por los ingredientes, el pan añejo o tomate muy harinoso. Pero creo que se entiende, y también puede darse entre restaurantes de la misma categoría.



Lung San es un restaurante de comida cantonesa o “comi’a china” ubicado en Merced cerca de la esquina con Maciver, por fuera se nota a leguas que es un local de comida china, las letras en chino, los colores de local chino, las luces chinas...todo bien chinesco.

Al entrar te quedas sorprendido la verdad, es bastante luminoso y bien decorado, quedas confundido porque comparado con la entrada es algo completamente distinto, y si te gustan las sorpresas creo que te llevaras una buena. Lo primero que verás será el arco estilo oriental con dragones y todo que separa el mesón de pago, que por cierto en caso de un tiroteo podría salvar tu vida, con los comedores y debo mencionar el enorme jarrón de decoración, da la impresión que fuera de alguna dinastía antigua o algo así, bastante lindo todo la verdad.

Acá no esperes que venga alguien a atenderte o recomendarte una mesa, se nota que la mayoría de los clientes van a comer desde toda la vida a este lugar y solamente se sientan en su mesa regalona entre risas y anécdotas. Y bueno te ayudan a buscar mesa en el momento que te ven parado con cara de “Oh dios, olvidé cómo sentarme”.

Como parte de mi experiencia me parece gracioso comentar que una vez sentado junto a mi colega nos pasaron solamente 1 carta, y nada más, fue como…”ok, supongo que el menú es un bien escaso acá”, pero te hace sentir que el servicio en general espera un cierto nivel de viveza por parte del comensal...fallamos ahí. Sin embargo el trato del personal es bastante chilensis, es decir, cariñoso y pícaro estilo “¿Qué quiere mijito?”...nice.

El menú es todo lo que uno puede esperar de un restaurante chino, los combos para X número de personas, las colaciones, las distintas opciones de chapsui como de carne, pollo, diente de dragón , etc. Y los bebestibles como jugos, bebidas, tragos, vino, toda la gama también típica de un local cantonés.

El tiempo de espera es alrededor de los 5 a 8 minutos, que es esperable ya que en general es comida que se prepara rápidamente y debe ser así para contener el gran flujo de gente que entra a la hora de almuerzo, pero te aseguran que no te aburriras de esperar, es todo bien expedito y rápido.

Bueno la comida es bastante y te la sirven bien caliente, con el sabor descriptivo de este tipo de preparaciones, quizás sea muy detallista, pero no sentí que abusaran tanto de la soya como en otros locales, lo cual por mi parte lo agradezco, pero es comida china, su sabor es inconfundible y se agradece. Eso sí los precios son algo elevados, en comparación con otros locales que no son pocos en el centro de santiago, estoy hablando de alrededor de unos 16 mil pesos por un menú para 2 que contiene carne mongoliana, chapsui de pollo, porción de wantan y 2 raciones de arroz, pero por algún motivo no me molestó ni nada pagar ese precio, quizás me gustó mucho el entorno y es agradable la sobremesa no es muy ruidoso y nos dieron un bajativo por parte de la casa, así que si me preguntan, yo volvería. Casi lo olvido, acá no sirven los cheques o tickets restaurant un puntito en contra ahí, ya que si aceptaran pasaría más seguido a comer, pero por otro lado mejor así, la salud es más importante...a veces.

Algo que noté es que el personal una vez que ya te entrega tu orden te deja como en segundo plano por decirlo así, nos costó un poco hacer que nos entregaran la cuenta, se nota que tienen mucho trabajo y están de un lado para otro, pero falta un poco atención por parte de ellos para que la gente pueda pagar y volver a sus trabajos.

Así como es difícil toparse con un completo malo, es difícil encontrar comida china mala, por lo menos yo he visitado muchos restaurantes así, por lo bajo unos 5 en santiago centro y en términos de sabor todo es bastante parejo, por lo que la diferencia lo vendría a hacer el entorno y servicio, y en este caso no queda más que recomendar este local, es bastante agradable, sabroso y las porciones son grandes, y la decoración no se queda atrás, no es un templo asiático, pero no esperaba encontrarme un lugar así en el centro.

Feo por fuera, bonito por dentro. Un lugar para salir del paso, pese a eso, ofrece una gran variedad de menús, rápida atención y precios razonables. La comida normal, recomendable para asistir de vez en cuando. Recomendado los arrollados primaveras, el arroz no muy bueno.