Javiera Ortuzar Figueroa
+5
Excelente servicio! La carta es maravillosa!!
Recibimos una buena atencion. Habian varias cosas de la carta que no estaban disponibles. Lo que comimos, estuvo bien de sabor y buena presentacion.
Un lugar muy acogedor y excelente atención y trato al cliente, quedamos sumamente satisfechos con la comida, partimos para picar con un caracoles, para probar algo nuevo, fueron una grata sorpresa, ricos en una sopa a tomada muy sabrosa y contundente. Luego de fondo pedimos una paella que estaba bastante buena y la cual no pudimos comer ni la mitad ya que era muy contundente. De postre crema catalana, no muy sorprendente y un helado de turron hecho en el local que cerro con broche de oro la cena. Muchas ganas de volver al local, la carta tiene hartas cosas interesante, buena relación precio/calidad/cantidad y muy destacable el ambiente y la atención, que varias carcajadas nos saco el garzon.
Mi hermano, quien me recomendó este sitio, decía que era un rincón de Madrid en Santiago. Y tenía toda la razón. Es un sitio pequeño, pero muy sabroso y acogedor. Los platos son grandes, con sabor de invierno (y da a pensar que son del Norte de España). Al llegar no habían muchas mesas ocupadas, pero fuimos saludados por todo el personal. Destacó la atención, excelente y por sobre todas las cosas muy cordial. También debo decir que los precios son razonables, más aun considerando el sector.
La entrada fue la clásica tortilla de papas (sola y con chorizo), francamente la mejor que he probado, sabrosa y contundente, además de un punto perfecto. Para seguir escogí la cola de toro, en una rica salsa y acompañadas de papas chauchas. Para terminar un helado de chocolate amargo, bien intenso de sabor y rico express. Para beber, una clásica Sangría nos acompañó, de sabor fresco y refrescante.
Volvería sin duda alguna.
Se ha convertido en uno de nuestros clasicos restaurant, me llevaron a conocerlo y nunca mas dejamos de ir...
Rica comida y un grato ambiente, realmente un lugar muy tranquilo ideal para cenar y conversar relajadamente, la sangria, jamon serrano, tortilla española, paella, habas y pescados muy buenos!
Lo mejor es la atencion! Me encanta sentirme como en mi casa y asi es como te hacen sentir alli...definitivamente seguiremos yendo
Un lugar muy tranquilo, de bajo perfil y con un ambiente familiar. La comida es rica y existen platos tipicos. La atención es un poco lenta, ya que, hay poco personal. Su dueño un Español.
comida española de taberna clasica de toda la vida, la morcilla es destacable, las gambas ni la sombra de lo que puede ser una de huelva o algo asi
las albondigas ricas y los pimientos rellenos bastante buenos!
“Acogedor y lo más importante buena comida española.. ´paellas sabrosas no sorprendentes, pescado maravilloso”
El lugar es pequeño. pero muy acogedor.. una pequeña barra y una mesa donde se puede apreciar una pierna de jamón que te invita a probarla (aunque será para la próxima visita). Son pocas mesas, por lo que vale la pena reservar.
Dado que las paellas se demoraban 30 minutos la pedimos en cuanto llegamos, para empezar pedimos una sangría ($8.600 lt) si bien no estaba mala, hay mejores en la ciudad, también unas croquetas de jamón y pollo ($4.900) demasiado secas para mi gusto. Por la espera ponen una pequeña panera con un simple pan tostado y una mayonesa alioli que estaba buenísima, pero que sólo probamos para esperar los fondos.
La paella llegó en poco menos de 30", lo que fue muy bueno y hay que agradecer su sazón... pedimos la paella mixta ($6.900) que traía almejas, choros, gambas, pollo, cerdo y muchas arvejitas, al tener un poco de tomate la hacía menos seca que lo normal... cercana a una buena paella valenciana, muy buena (no increíble)... correcta y auténtica.
Además pedimos una merluza española a la vizcaína que venía con papas chaucha ($8.600), la cual estaba ma-ra-vi-llo-sa... se notaba que el pescado estaba muy fresco y la preparación casi perfecta (le faltó un poco de sal) y definitivamente eclipsó a la paella.. aun así de la paella no sobrevivió nada. :)
Como postre optamos por una crema catalana (2.800) que en verdad estaba mas o menos no más y sin esa capita de caramelo que la caracteriza, además de un helado de limón casero (2.800) muy bueno... tienen otras opciones atractivas de helados como de arroz con leche o leche asada, pero quedarán para otra ocasión.
Conclusión: un lugar que deben conocer, no es caro y es muy bueno. Si llevan más 15 años de historia por algo será. Claramente volveré.. ojalá le pongan ojo a algunos detalles, como a la atención que es un poco lenta cuando está muy lleno, aunque son muy amables así que pasas por alto ese tema y hay algunos platos que quedan al debe, que si mejoran sería espectacular.
Restaurant en el Subsuelo, casero y bien acogedor, carne roja el cuadril o el garrón es la opción, la merluza a la viscayna con su suntuosa salsa de tomate le da el balance de ácido perfecto :)
Llegué por el dato de una amiga y resultó ser tal cual lo describió: un lugar de ambiente familiar, buena comida y buen precio. Para empezar pedimos pulpo, muy rico (se demoró un poquito en llegar pero valió la pena) y de fondo una merluza austral a la Donostiarra que estaba maravillosa y unas albóndigas bilbaínas, también muy ricas. Ambos platos acompañados de papas chauchas.
Fue una grata experiencia y quiero volver por la paella (que es mínimo para 2 personas y demora media hora, así que pida con tiempo).
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