Sing Hwa

Tuve la oportunidad de comer dos veces en Sing Hwa en compañía de amigos por separado. La ubicación es excelente, están bordeando el barrio Bellas Artes, súper accesible y cómodo para comer tranquilo (no he probado el delivery)
Están los platos de la carta, y en cuanto a las famosas colaciones, están divididas en tres "letras": A = sólo con arroz, B = arroz y mini bebida, C = arroz, mini bebida y dos arrollados primavera y D = arroz, mini bebida y porción de 5 wantán frito.
• Junto con Jorge González A. pedimos:
- Carne mongoliana "C" y Pollo mongoliano "B" ($4.400 y $3.600 respectivamente) Bastante buenas dentro de lo que es en general la oferta de este tipo de promociones chinas. Arroz normal y todo bien cocido, humeante y sin exceso de cebollín, aunque en ambos platos hubiésemos querido algo más de jugo para mezclar todo. No estaban secos para nada, pero echamos de menos sólo un poco extra. De repente también note los platos ligeramente más chicos que en otros locales del rubro.
• Junto con Danny Jara Quidel, en mi segunda vez, pedimos:
- Carne mongoliana "D" ($4.400): el plato fue el mismo que el anterior, ni mejor ni peor, y se disfrutó harto. Los wantanes como en todos lados, nada especiales (olvidé sacar fotos) y adicionalmente pedimos unas empanadas de camarón mandarín que, según Daniel, estaban ok. Yo no las probé pero no hubo queja, y al menos de vista lucían crujientes y apetitosas.
- Pollo a la piña: personalmente infaltable para poder calificar a un restaurant chino ($5.000) Me gustó, es MUY contundente y está a la altura de los que recuerdo como "lista de los más ricos", aunque habría preferido trozos más uniformes en vez de pedazos tan irregulares. La salsa tamarindo fue un plus. Ordené también un arroz blanco ($1.400)
Atención normal, tiempos de espera perfectos y ambiente ordenado, iluminado y espacioso. Hay un segundo piso que habilitan sólo cuando hay mucha concurrencia. En resumen valió la pena. Volvería!